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Saturday, May 31, 2008

LA CULTURA CHINCHORRO


Bernardo Arriaza y Vicki Cassman Universidad de Nevada


La gente Chinchorro habitaba la costa del desierto de Atacama desde llo, en el Perú, hasta Antofagasta en el norte de Chile. Los afloramientos de aguas dulces en la costa facilitaron el poblamiento humano de esta región. Cerca de 9.000 años atrás los primeros exploradores descubrieron la abundancia de vida a lo largo del litoral y, a medida que estos cazadores recolectores comenzaron a asentarse, se fueron transformando en pescadores expertos. En sus tiempos libres elaboraron simples, pero bellos instrumentos de pesca, como por ejemplo: anzuelos de conchas y cactáceas, pesas líticas y tejidos de malla. Además se convirtieron en hábiles tejedores de junquillos manufacturando cestería y esteras para usos múltiples. Sin embargo, uno de los aspectos culturales más interesante de Chinchorro fue su complejo sistema funerario. Alrededor de 7.000 años atrás estos pescadores comenzaron a momificar artificialmente a sus muertos, practica cultural que perduro por 3.500 años, y su epicentro cultural fue el área de Arica–Camarones. La preparación del cuerpo para la otra vida fue una creación a veces increíblemente sofisticada. Los cuerpos eran completamente desarticulados para ser posteriormente reensamblados. Los pescadores Chinchorro desarrollaron varios estilos de momificación a través del tiempo; tales como, momias negras, rojas y con patina de barro. Las momias negras son las más antiguas y las más complejas, este estilo que comenzó 7.000 anos atrás perdura por casi dos milenios. Las momias negras eran cuerpos reensamblados casi como una estatua. es decir, un cuerpo rígido, con una estructura interna confeccionada con palos, cuerdas de totora y una pasta de ceniza para el modelado del cuerpo. A menudo la piel, era reemplazada con piel de lobo marino cuando la propia era insuficiente. Al final, los preparadores fúnebres pintaban el cuerpo con una pasta negra de manganeso, de allí su nombre de momia negra. En comparación, las momias rojas se realizaban sin una gran destrucción del cuerpo. En general, los órganos eran removidos a través de incisiones. Para proveer rigidez al cuerpo se deslizaban maderos puntiagudos debajo de la piel y luego las cavidades eran rellenadas. También le añadían al cuerpo una larga peluca de pelo humano que aseguraban con un casquete de arcilla. Después de cerrar las incisiones el cuerpo era pintado con ocre rojo y a menudo la cara era pintada de negro. En algunos casos la piel era repuesta en forma de vendajes. Este estilo rojo aparece cerca de 4.000 anos atrás y perdura por casi 500 años. Después del estilo rojo, las técnicas de momificación se simplifican, los cuerpos comienzan a ser simplemente, cubiertos con una pátina de barro, como cemento, lo cual ayudaba a prevenir la descomposición. Este estilo con pátina solo duró un par de siglos. A pesar de que las poblaciones Chinchorro eran pescadores sencillos, sin conocimiento de la cerámica, la agricultura o el tejida a telar, su vida religiosa y espiritual debe haber sido muy compleja como lo demuestran sus practicas funerarias. Ellos veneraban los cuerpos momificados de sus ancestros. En las culturas posteriores como por ejemplo en la incaica, también se veneraba a los cuerpos, desecados de los ancestros. Para los Incas las momias eran consideradas Huacas o entes poderosos que tenían el poder de dar fertilidad, buenas cosechas y felicidad. Las momias conectaban el mundo real con el sobrenatural. Los Chinchorro no desaparecieron misteriosamente, sus descendientes continuaron viviendo y floreciendo en la costa del Pacifico, lo que si cambio fue la complejidad de su sistema político y social. y además hacia el 1.700 años antes de nuestra era Cristiana abandonaron la práctica de la momificación artificial. En el sistema funerario de las poblaciones post–Chinchorro los cuerpos eran enterrados en una posición flectada y se momificaban naturalmente debido a la acción desecante del desierto. Sin embargo, la momificación natural o artificial evidencia que la preocupación por la muerte y el mas allá, ha tenido una influencia poderosa en la vida cotidiana de las culturas pre–hispánicas.

Tuesday, January 29, 2008

Los Yaganes

Los yaganes tenían una compleja creencia religiosa, adoraban a un ser supremo, invisible, creador y ordenador de los hombres y la naturaleza. Los Yaganes o Yámanas prácticamente vivían en embarcados al Sur de la Tierra del Fuego. Se cree que descendían de los Chonos del archipiélago chilote. Sobre las canoas Yaganes era frecuente encontrar a toda una familia, y pasaban tanto tiempo sobre ellas que muchas veces sufrían de atrofiamiento de los miembros inferiores. Eran sin embargo, muy resistentes, y vivían desnudos en un clima gélido y lluvioso como el del Sur, siendo los habitantes más australes. Semejaban mucho a los Alacalufes o Kaweshkar, otra de las tribus canoeras y cazadoras de los canales y fiordos australes, cuyas embarcaciones eran casi el hogar, incluso más que para los Yaganes.
Los Yagán o Yamana, fueron un pueblo canoero, que habitaba originalmente en el sector circundante a los canales y costas sudoccidentales de Tierra del Fuego, entre el canal Beagle y el Cabo de Hornos, recorriendo además otros lugares en sus desplazamientos como el canal Murray entre la isla Hoste y las islas de entrada al canal Cockburn, hacia el este de Ambarino al conjunto de islas que enfrenta el Atlántico, hacia el sur el archipiélago del Cabo de Hornos, la población Yagán antes de la llegada de los europeos se calculaba en unos 3.000 indígenas.
Poseían embarcaciones que construían de cortezas de árbol, principalmente de roble, las que tenían una longitud de hasta cinco metros.El constante arribo de extranjeros, cazadores de lobos marinos, buscadores de oro y agricultores que se asentaron en el antiguo territorio yamana, alteraron drásticamente sus modos de vida, su hábitat y sus costumbres.


Los yaganes aprovecharon las condiciones de habitabilidad de las islas, pasando bastante tiempo en tierra, donde levantaban toldos cónicos con armazón de ramas cubierta de pieles. En el interior de estas viviendas, se cavaba el piso un nivel más bajo que el de la tierra, a fin de protegerlas del frío y de los vientos; y se mantenía siempre una fogata encendida en medio.
Cubrían sus cuerpos con grasa de lobo marino, y vestían solo una corta capa de pieles que les llegaba hasta la cintura. Cuando el tiempo era extremo, como en los meses nevosos, calzaban mocasines de piel.
Eran también expertos fabricantes de cestos, los que utilizaban para guardar sus pertenencias, alimentos y trasladar objetos.
Además de la vestimenta, los yaganes gustaban de usar adornos, como collares hechos con cuentas de concha o huesos, pulseras de cuero y diademas de plumas.
Respecto de su organización, y por su condición de aislamiento, este pueblo no presentaba diferencias sociales ni jerárquicas, reconociendo solo al padre como figura principal.
No obstante su incipiente desarrollo, los yaganes tenían una compleja creencia religiosa, que se manifestaba en la adoración de un ser supremo invisible, creador y ordenador de los hombres y la naturaleza.
Suponían que los espíritus de los muertos se dirigían hacia una especie de paraíso en el cual siempre brillaba el sol.
Periodo de la colonización
A partir de 1826, el capitán Robert Fitz Roy aporta información sobre las características de la población Yagán, en 1850 los misioneros anglicanos se establecen en la isla Picton, sin mucho éxito. En 1869 logran fundar la misión de Ushuaia en la costa norte del canal del Beagle, quienes confirman una población de 3.000 personas. Pronto la misión se convertiría en un polo de atracción para los indígenas del área llegando a albergar en 1880 a aproximadamente 300 Yagán en forma permanente y siendo visitada anualmente por más de 1000 o 1500 indígenas.
En este contexto, se introdujeron hábitos sedentarios a los Yaganes obligados a vivir en viviendas cerradas y usar vestimentas, como parte de esta iniciativa, se crea Puerto Toro en la isla Ambarino, instalando una línea marítima regular entre Punta Arenas y el área habitada por los Yaganes. A partir de 1891, la gobernación de Magallanes otorgó sucesivas concesiones provisorias de los terrenos de isla Navarino en favor de colonos particulares, como la propia Isla Navarino a favor de Pedro García y Roberto Fernández, en marzo del mismo año, la de isla Lennox a Carlos Williams.
En 1923 la población Yagán era de 60 personas, quienes aún mantenían su nomadismo, vivían de la pesca y caza, y conservaban varias de sus costumbres religiosas. Hacia 1946 los Yagán sumaban 63 personas, 29 sin antecedentes de mestizaje, para fortalecer su presencia en los territorios al sur del Beagle, el gobierno chileno comienza a realizar importantes obras públicas en Puerto Luisa, con el fin de establecer allí una base naval, que hoy corresponde a Puerto Williams.
En la década de los 60 los escasos sobrevivientes del Pueblo Yagán se habían refugiado en las áreas de Puerto Remolinas en Argentina y Mejillones e Isla Navarino en Chile, en terrenos concedidos a la familia de John Lawrence, de acuerdo al estudio sobre los pueblos australes realizado por José Aylwin en 1995, la población Yagán alcanzaba en ese momento un total de 74 personas.
Situación actual
La población laboralmente activa de isla Navarino, vive de la cestería confeccionada a base de juncos y antiguas canoas Yagán hechas de corteza de madera o cuero de lobo marino vendidas por los artesanos directamente a los turistas, otra actividades económicas son la comercialización de la centolla y centellón que son vendidas a las industrias existentes en el área, la carpintería de ribera o construcción de embarcaciones pesqueras y la pesca.
El resto de la población laboral activa vive de trabajos ocasionales, especialmente en la construcción, turismo, servicios de hogar y restaurantes. En la actualidad se ha producido la pérdida casi generalizada de las costumbres y usos tradicionales del Pueblo Yagán, la excepción lo constituyen las hermanas Cristina y Ursula Calderón, ésta última ya fallecida, que por el hecho de ser las personas de más edad de la comunidad, alcanzaron a conocer en Mejillones parte de la forma de vida tradicional de su pueblo, de las creencias y rituales, de su lengua y costumbres.
Fuente: Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi)